Animales en extinción, artesanías, el mundo mágico y sagrado de la machi, utensilios de todo tipo, fetos, fenómenos, y mucho más, conforman la Muestra Científica y Etnográfica Mapuche instalada en el Fuerte del “Purén Indómito”.
Angol warria mew, 30 de septiembre, 2005
A su cargo está su creador, el joven científico autodidacta, pintor y deportista, Rosemberg Vargas Barra, ejemplo de superación en las ciencias y la artesanía, especialidades por las que definitivamente se decidió, arrastrando con ellas a su esposa y sus dos hijas.
Visitar la muestra es viajar a un mundo diferente y extraordinariamente valioso, fuertemente didáctico, además del aporte que puede hacer a las ciencias naturales.
MONITO DEL MONTE
“Aquí hay algunas especies que están en vías de extinción, como es el caso del monito del monte, que es el marsupial más pequeño de Sudamérica y que habita solamente en nuestra cordillera de Nahuelbuta. En esta fecha está invernando, pero con la llegada de la primavera volverá aparecer”, dijo.
Sin embargo, “lo podemos perder definitivamente, pues con la explotación del bosque nativo se le va destruyendo su ecosistema y puede suceder que ya no se reproduzca”, expresó.
Con orgullo dijo que tiene el lagarto darwiniano, que ya casi no existe. Este ejemplar es muy apreciado a nivel científico. Es único en Chile y solamente está aquí, en Nahuelbuta.
Hay fetos de distintos animales; diferentes ofidios y
murciélagos de la zona; fenómenos de animalitos que han nacido con deformaciones, como un pollito de 4 patas, “al que tengo conservado aquí en mi local”, dijo.
Por si eso fuera poco, hay una colección de huevos, desde el de avestruz, que es el más grande, como de chercán, de picaflor, entre los más pequeños.
MUNDO MAPUCHE
En una vitrina especial está todo lo que rodea la actividad de la machi, su mundo sagrado y su vida cotidiana: vestimenta, adornos, utensilios para fabricar su vestimenta, especialmente la elaboración de la lana con teñidos naturales. Llama la atención la existencia de un “kopilgue”, especie de mochila donde “encatutaban” a sus bebés, que por sus colores y trenzado de la lana es de una apreciable antigüedad. En otro sector se aprecia una colección de cántaros de greda, cuya data de elaboración es superior a 300 años.
La muestra arqueológica se completa con una gran colección de piedras horadadas, boleadoras, mazas, flechas y símbolos de la autoridad varonil en tiempos de guerra y de paz.
PREOCUPACION
Rosemberg hizo ver que “hace falta un lugar más amplio para mostrar al visitante nuestros valores comunales”, haciendo mención a una gran cantidad de elementos arquelógicos que ha conseguido, y otros que le han facilitado, que están guardados en su hogar.
“Es muy costoso mantener una muestra natural; desinfectantes, alcohol, formalina, entre otros elementos necesarios y que debo adquirir”, dijo.
¿Entonces, cómo sobrevive? A través de un convenio con Sernatur, que facilita la asesoría técnica y la difusión correspondiente. La municipalidad aporta el local y cancela honorarios. “Las personas que nos visitan, si lo desean, dejan un aporte, y a veces me compran mis artesanías”, señaló.
Dijo preocuparle el poco interés de los jóvenes y también adultos, por conocer nuestras raíces, “incluso de personas de nuestra propia ciudad o provincia”.
EL ARTESANO
En la colección de flechas, Vargas dijo que trabaja la piedra “de Purén”, especialmente apta para la fabricación de flechas que él ha recreado. Pero indicó, que en este tiempo “de paz”, este material lo está utilizando para crear artesanías. También trabaja el cuero, imprimiendo en él especialmente todo el mundo mapuche, destacando los adornos, instrumentos musicales, su cosmovisión ancestral.
Con orgullo dijo que sus obras están en manos de chilenos y extranjeros que visitan el fuerte, o que la municipalidad le ha privilegiado adquiriendo sus trabajos para entregarlas a las visitas oficiales.
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