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10 de oKtubre, 2005
10 de oKtubre, 2005
Movilización convocada por Meli Wixan Mapu se desplazó desde Plaza Italia al Cerro Huelén. Unas 3.000 personas particiron de un ritual para "denunciar las violaciones de los derechos humanos del pueblo mapuche", indicó dirigente.
Unas tres mil personas congregó en la Alameda la marcha convocada por organizaciones mapuches bajo el lema “Donde estemos nos levantamos como un solo pueblo”.
La movilización organizada por Meli Wixan Mapu se inició en la Plaza Italia ocupando luego todas las pistas de la calzada norte de la principal arteria capitalina para llegar hasta la plaza al costado del cerro Santa Lucía (Huelén) donde se desarrolló un acto artístico cultural.
Entre los asistentes primó la diversidad, ya que los mapuches fueron acompañados en sus demandas por organizaciones de otras etnias originarias, como los aymaras, junto a entidades ciudadanas y políticas, la Garra Blanca y movimientos anarquistas.
El vocero Enrique Antileo precisó a lanacion.cl, que esta movilización no fue llamada en rechazo al 12 de octubre, sino que el cariz que se le pretende imprimir es la de una “marcha por la resistencia mapuche”.
“Esta marcha viene realizándose desde el año 1990, y como todos los años hemos tenido una convocatoria alta y esperamos seguir creciendo. El objetivo se ha cumplido, por la cantidad de personas y gente mapuche que ha venido, y la capacidad de denunciar las violaciones de los derechos humanos de nuestro pueblo”, explicó.
En el discurso central de Meli Wixan Mapu se criticó que el Estado chileno “está convencido que basta con tener una ley indígena, unos cuantos proyectos productivos o aparecer retratados en una moneda de cien pesos”.
Por ello, se rechazó la ocupación de tierras y se exigió el fin de la represión en comunidades, la libertad de los presos mapuches y el derecho a la autodeterminación de los pueblos originarios. Además, expresaron solidaridad con la movilización de los estudiantes universitarios del hogar mapuche Las Encinas en Temuco.
Pero las reivindicaciones son más amplias y tocan otros aspectos que han provocado conflictos con los miembros de esa etnia originaria: “Ya no sólo es nuestra tierra la que quieren, también es nuestra medicina envasada en farmacias, son nuestros alimentos patentados por empresas transnacionales, es nuestro idioma queriendo ser apropiado por consorcios de computación, e incluso es nuestro código genético clasificado por empresas gringas”, se agregó en el discurso central.
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