
Por Alan Elsner
WASHINGTON (Reuters) - Una protesta nacional y un boicot contra el comercio comenzó el lunes en Estados Unidos para exigir derechos para millones de inmigrantes ilegales, mientras muchos negocios cerraron voluntariamente para evitar disturbios.
Informaciones previas sugerían que muchos de los 11,5 a 12 millones de inmigrantes del país iban a obedecer el llamado a no acudir al trabajo y boicotear los comercios, pese a los mensajes contradictorios por parte de grupos de derechos para los extranjeros, pues algunos se oponían a la medida.
En Union Square, Nueva York, el mercado al aire libre, generalmente bullicioso, presentaba una actividad mucho menor a la habitual.
Los manifestantes formaron "cadenas humanas" en varios lugares de la ciudad.
Cientos, incluidos niños escolares, hicieron una fila en Queens, alargándose por tres cuadras en ambos lados de la calle, agitando banderas estadounidenses y latinoamericanas, así como carteles que decían "somos estadounidenses" y "derechos completos a todos los inmigrantes."
"Todo el mundo aquí es inmigrante. El único americano auténtico es el indio," declaró Rene Ochart, un puertorriqueño portero del elegante Hotel Pierre en el Upper East Side de Manhattan.
Un proyecto de ley aprobado en diciembre por la Cámara de Representantes, que convertiría a todos los inmigrantes ilegales en criminales, provocó un movimiento de protestas masivo, llevando a las calles a personas que anteriormente trabajaban y vivían en las sombras de la sociedad estadounidense.
A lo largo del país, varias de las mayores plantas de empaque de carne permanecieron cerradas, pero los operarios intentaron prepararse para el cierre acelerando la producción durante el fin de semana.
WASHINGTON (Reuters) - Una protesta nacional y un boicot contra el comercio comenzó el lunes en Estados Unidos para exigir derechos para millones de inmigrantes ilegales, mientras muchos negocios cerraron voluntariamente para evitar disturbios.
Informaciones previas sugerían que muchos de los 11,5 a 12 millones de inmigrantes del país iban a obedecer el llamado a no acudir al trabajo y boicotear los comercios, pese a los mensajes contradictorios por parte de grupos de derechos para los extranjeros, pues algunos se oponían a la medida.
En Union Square, Nueva York, el mercado al aire libre, generalmente bullicioso, presentaba una actividad mucho menor a la habitual.
Los manifestantes formaron "cadenas humanas" en varios lugares de la ciudad.
Cientos, incluidos niños escolares, hicieron una fila en Queens, alargándose por tres cuadras en ambos lados de la calle, agitando banderas estadounidenses y latinoamericanas, así como carteles que decían "somos estadounidenses" y "derechos completos a todos los inmigrantes."
"Todo el mundo aquí es inmigrante. El único americano auténtico es el indio," declaró Rene Ochart, un puertorriqueño portero del elegante Hotel Pierre en el Upper East Side de Manhattan.
Un proyecto de ley aprobado en diciembre por la Cámara de Representantes, que convertiría a todos los inmigrantes ilegales en criminales, provocó un movimiento de protestas masivo, llevando a las calles a personas que anteriormente trabajaban y vivían en las sombras de la sociedad estadounidense.
A lo largo del país, varias de las mayores plantas de empaque de carne permanecieron cerradas, pero los operarios intentaron prepararse para el cierre acelerando la producción durante el fin de semana.
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