


El email actual de Kalbun Comunicaciones es kalbun1@hotmail.com
Documento resultado de la conversación que sostuvo la revista Weftun con dirigentes de la C.A.M.
1. SITUACIÓN ACTUAL DE LA C.A.M.
La C.A.M.como organización, atraviesa por un momento diferente que hace un tiempo atrás, básicamente por un contexto socio político marcado esencialmente por una fuerte represión hacia el movimiento mapuche, sumado a una campaña de silenciamiento de los planteamientos y las experiencias que llevan las comunidades en conflicto que están dirigidas políticamente por la Coordinadora. Este contexto ha hecho que se den una serie de situaciones nuevas al interior del movimiento mapuche y, en particular, de la C.A.M.
Si bien en un momento, nuestra organización surge como una agrupación de comunidades que se planteó conflictos frente a empresas forestales o a latifundistas, posteriormente, a raíz de una confrontación con las fuerzas del Estado y del empresariado, empieza a haber una cantidad de posiciones al interior del movimiento mapuche de la cual la C.A.M. pasa a convertirse en una expresión política nueva con gran influencia en comunidades, sobre todo en aquellas que desarrollan conflictos, además, empieza a complementarse con una militancia más activa y más comprometida por parte de los mapuche, pudiendo ser lonko, werken, weichafe u otros miembros de comunidades, de modo que nos constituimos como una organización que si bien dice representar a las comunidades en conflicto, no necesariamente están todas estas comunidades representadas en un cien por ciento de militancia en torno a la C.A.M., sino más bien hemos llegado a ser, una expresión que ha ganado terreno en el plano político y en el plano de la práctica política, en el terreno de la lucha mas confrontacional. Por lo tanto, hoy día podemos decir que más que nada la C.A.M. es una organización que se ha instalado en la realidad de las comunidades como una fuerza social, política y de resistencia mapuche.
En un principio, la idea era desarrollar un proceso de recuperación de tierras masivo que confrontara con la política del Estado en relación a este tema, luego estos procesos alcanzaron niveles cualitativamente superiores de lucha, en el sentido de que ya no se esperaba una salida al problema definido desde la oficialidad , ya sea través de la política indígena, de la política de entrega de tierras o sobre la base de negociados o de otras dádivas gobiernistas, sino más bien, se fue desarrollando un proceso de desobediencia con resistencia que trajo como primeros resultados a este tipo de lucha, un mayor desarrollo en los planos productivo, económico, cultural e ideológico de parte de las comunidades que se enfrascaron en recuperación productivos autónomas que, más tarde, en un marco de mayor experiencia, denominamos de control territorial mapuche.
Estas expresiones de control territorial fueron el pilar fundamental para sostener lo que nosotros hemos planteado como demanda concreta sobre territorialidad, sobre la lucha por el territorio y por la autonomía. En la medida en que se luchaba por conquistar mayores espacios de tierras para las comunidades e incorporarlos realmente a la vida comunitaria, se ejercía desobediencia y negación a la opresión, expresada esta por la institucionalidad, por el sistema. Por lo tanto, significaba también, la reconstrucción de una organización política mapuche necesaria que, con los valores y elementos culturales propios, dotaba de una mayor fuerza autonómica y libertaria para levantar una propuesta de liberación del pueblo Nación Mapuche.
Ahora bien, este proceso de lucha, liderado principalmente por la C.A.M, tuvo sus detractores y reveses al interior del movimiento mapuche, ya que hubo otras organizaciones que entraron en proceso de pactos y de negociación de modo apresurado, y estos intentos no se traducían más que en eso: pactos con ciertas componendas que sólo beneficiaban a la dirigencia y no a las comunidades. Con estas malas experiencias se dieron las condiciones para que el gobierno creara una plataforma de cooptación dirigencial y de organizaciones, en la medida de que esto era requisito para establecer la paz social necesaria que beneficiara obviamente a los intereses de las transnacionales y a los procesos de inversión capitalista que invaden el territorio ancestral mapuche. ...
LEER DOCUMENTO COMPLETO...
La C.A.M.como organización, atraviesa por un momento diferente que hace un tiempo atrás, básicamente por un contexto socio político marcado esencialmente por una fuerte represión hacia el movimiento mapuche, sumado a una campaña de silenciamiento de los planteamientos y las experiencias que llevan las comunidades en conflicto que están dirigidas políticamente por la Coordinadora. Este contexto ha hecho que se den una serie de situaciones nuevas al interior del movimiento mapuche y, en particular, de la C.A.M.
Si bien en un momento, nuestra organización surge como una agrupación de comunidades que se planteó conflictos frente a empresas forestales o a latifundistas, posteriormente, a raíz de una confrontación con las fuerzas del Estado y del empresariado, empieza a haber una cantidad de posiciones al interior del movimiento mapuche de la cual la C.A.M. pasa a convertirse en una expresión política nueva con gran influencia en comunidades, sobre todo en aquellas que desarrollan conflictos, además, empieza a complementarse con una militancia más activa y más comprometida por parte de los mapuche, pudiendo ser lonko, werken, weichafe u otros miembros de comunidades, de modo que nos constituimos como una organización que si bien dice representar a las comunidades en conflicto, no necesariamente están todas estas comunidades representadas en un cien por ciento de militancia en torno a la C.A.M., sino más bien hemos llegado a ser, una expresión que ha ganado terreno en el plano político y en el plano de la práctica política, en el terreno de la lucha mas confrontacional. Por lo tanto, hoy día podemos decir que más que nada la C.A.M. es una organización que se ha instalado en la realidad de las comunidades como una fuerza social, política y de resistencia mapuche.
En un principio, la idea era desarrollar un proceso de recuperación de tierras masivo que confrontara con la política del Estado en relación a este tema, luego estos procesos alcanzaron niveles cualitativamente superiores de lucha, en el sentido de que ya no se esperaba una salida al problema definido desde la oficialidad , ya sea través de la política indígena, de la política de entrega de tierras o sobre la base de negociados o de otras dádivas gobiernistas, sino más bien, se fue desarrollando un proceso de desobediencia con resistencia que trajo como primeros resultados a este tipo de lucha, un mayor desarrollo en los planos productivo, económico, cultural e ideológico de parte de las comunidades que se enfrascaron en recuperación productivos autónomas que, más tarde, en un marco de mayor experiencia, denominamos de control territorial mapuche.
Estas expresiones de control territorial fueron el pilar fundamental para sostener lo que nosotros hemos planteado como demanda concreta sobre territorialidad, sobre la lucha por el territorio y por la autonomía. En la medida en que se luchaba por conquistar mayores espacios de tierras para las comunidades e incorporarlos realmente a la vida comunitaria, se ejercía desobediencia y negación a la opresión, expresada esta por la institucionalidad, por el sistema. Por lo tanto, significaba también, la reconstrucción de una organización política mapuche necesaria que, con los valores y elementos culturales propios, dotaba de una mayor fuerza autonómica y libertaria para levantar una propuesta de liberación del pueblo Nación Mapuche.
Ahora bien, este proceso de lucha, liderado principalmente por la C.A.M, tuvo sus detractores y reveses al interior del movimiento mapuche, ya que hubo otras organizaciones que entraron en proceso de pactos y de negociación de modo apresurado, y estos intentos no se traducían más que en eso: pactos con ciertas componendas que sólo beneficiaban a la dirigencia y no a las comunidades. Con estas malas experiencias se dieron las condiciones para que el gobierno creara una plataforma de cooptación dirigencial y de organizaciones, en la medida de que esto era requisito para establecer la paz social necesaria que beneficiara obviamente a los intereses de las transnacionales y a los procesos de inversión capitalista que invaden el territorio ancestral mapuche. ...
LEER DOCUMENTO COMPLETO...
Fuente: www.nodo50.org/weftun
No hay comentarios.:
Publicar un comentario