Las machis tendrán consultorios adecuados a la cultura mapuche

Mercurio, 10 sept. 2005

En modernas rucas harán sanaciones, machitunes y hasta hospitalizaciones.

IVÁN FREDES TEMUCO.- La machi Juana Reimán Cheuque vive en medio del campo en Lumaco. Los mapuches le tienen una fe a toda prueba. Acuden diariamente a la "machi ñi ruca" (la casa de la machi) con sus orines para que descubra sus males. Y, obviamente, les devuelva su salud con brebajes de hierbas y machitunes. A veces, su paupérrima casa de madera se hace estrecha para recibir a los pacientes de su comunidad que salen de sus rucas apenas despunta el alba para que esta mujer, considerada la más sabia de todas, la elegida, con poderes superiores adquiridos durante un sueño, detecte las fuerzas que malogran a sus hermanos de la comunidad.Al igual que Juana Reimán, las machis son consideradas la máxima autoridad espiritual y médica de sus respectivas comunidades -se calcula que existen una mil en el país-, las que invocan en sus ceremoniales o nguillatunes a su padre creador o "chao nguenechén" para que interceda por el bienestar general, por las cosechas, las lluvias, la sequía y hasta para aplacar las furias de los volcanes. Ahora, la machi Juana, junto a otras 18 machis de Lumaco, en una iniciativa piloto impulsada por el Ministerio de Vivienda (Minvu), contará con una ruca-consultorio especialmente diseñada por dos arquitectos del MOP y que respeta la cosmovisión indígena. Se trata de una experiencia inédita en el país, que pretende, mediante subsidios, dotar a las machis de un espacio de sanación y práctica de la medicina tradicional, que de tener éxito será instituido como programa nacional para el resto de las comunidades y etnias originarias.

¿Qué es ser machi?

Las machis no son elegidas, sino que reciben su revelación en el sueño, entre los 7 y 12 años, y manifiestan esa condición con espasmos o conductas atípicas, que la comunidad reconoce propias de las personas tocadas por el espíritu. Esto se da en tradiciones chamánicas de Asia, Oceanía y América, particularmente. Se supone que han sido transmitidas por migraciones de milenios desde lo que hoy es Siberia.Muchas heredan los poderes, pero otras lo reciben sin más.

El investigador Juan Ñanculef dice que las candidatas son preparadas y guiadas durante varios años por las machis titulares para que las reemplacen una vez que éstas mueren, ya que tal condición es vitalicia.Hasta antes de la llegada de los españoles, la mayoría eran hombres, pero la larga guerra de Arauco y la muerte de muchos de ellos hizo que fueran reemplazados por mujeres. Pero hay algunos muy famosos, como el machi Gerardo, del sector de Roble Huaco, cerca de Temuco.

Los nuevos espacios de sanación comenzarán a construirse el próximo mes, pero el Presidentre Ricardo Lagos se reunirá hoy en Lumaco con las autoridades espirituales y médicas mapuches para conocer sus opiniones.Es una construcción de madera, de 7 metros de largo, 5 de ancho y 4,80 de alto, con una superficie edificada de 35 metros cuadrados, que incluye un espacio para la atención de pacientes, un área para machitunes (reuniones donde la machi saca los males), un fogón central y dos dormitorios para alojar a enfermos que requieren tratamientos largos, de hasta una semana.

La vivienda, de forma rectangular y circular en su acceso principal, está orientada hacia el oriente, a la salida del sol, para recibir la energía y la fuerza de la naturaleza, de acuerdo a la costumbre ancestral.También la sala de sanación incluye amplios ventanales, y debajo de ellos mesones para que las machis coloquen los frascos de orina para observar su turbidez al trasluz, siempre mirando al oriente, para que los espíritus de la naturaleza les revelen los males que afectan a las personas enfermas.En esos lugares también existe espacio habilitado para que coloquen sus hierbas y preparen sus brebajes.Incluye, además, mesa, cocina y lavamanos, porque en la atención de los pacientes, las machis ofrecen una atención integral, y si hay que compartir comidas, lo hacen en el mismo lugar de la sanación del enfermo.

Trueque sanitario

Las machis, al menos de esos lugares, no cobran dinero por sus prestaciones, pero reciben retribuciones en alimentos, ropas, animales y otros productos del campo, como una forma de compensar la pérdida de energía y fuerza ocupada en la sanación de los parientes enfermos.En las ciudades y comunidades vecinas hay que pedir hora. Allí, eso sí, no hay gratuidad en las atenciones. Las machis cobran hasta 10 mil pesos por cada consulta.HospitalLa práctica de la medicina tradicional mapuche es una costumbre ancestral en las dos mil comunidades de las regiones VII, IX y X, incluso en la Metropolitana. El primer hospital público que complementa la medicina occidental con la tradicional se construye en Nueva Imperial, y el próximo año habrá otro en Puerto Saavedra. Allí, junto a médicos, atenderán machis y componedores de huesos y quebradores de empachos.