
No se puede restringir la discusión sobre estas importantes propuestas de reformas gubernamentales a simple aritmética electoral. Urge situar este debate –al menos a nivel mapuche- en aspectos de fondo, relacionados con el tipo de relación que debiera establecer la ciudadanía de nuestro pueblo con el estado chileno, hasta el día de hoy carente de participación efectiva.
Por Rodrigo MARILAF* / Miércoles 18 de Marzo de 2007
www.azkintuwe.orgPor estos días, dos propuestas legislativas marcan el debate político en Chile. Por un lado, la propuesta legislativa de elección directa de consejeros regionales, recientemente anunciada por la presidenta Michelle Bachelet en una “Cumbre de Regiones”. Y por otro, la propuesta de reforma al sistema electoral binominal, presentada con carácter de urgencia por el ejecutivo al Congreso. Frente a ellas, los nacionalistas mapuche no podemos permanecer en silencio o como simples observadores. Menos aún cuando sabemos que gran parte de nuestras demandas políticas están estrechamente ligadas a la ampliación de la democracia en el seno del estado chileno, así como a su respectiva descentralización administrativa. No se trata por cierto de una preocupación solo nuestra. Forma parte también de la agenda de una serie de fuerzas políticas emergentes que -al igual que en el caso mapuche de Wallmapuwen- se encuentran excluidas hoy del sistema político imperante. Para los mapuche, sin embargo, este debate generado no se limita a simples cálculos electorales, trata más bien de cuestiones estratégicas, ligadas a la materialización del proyecto histórico de nuestro pueblo, como lo es la reconstrucción del País Mapuche. Lo que sigue es un intento de aproximación a un debate que recién comienza a desarrollarse en los salones del Congreso. Vaya a su vez como una interpelación a otros mapuche para ser partícipes.Descentralización Política Una mayor descentralización a nivel de estado implica para la ciudadanía de regiones un incremento en sus posibilidades de participación y acceso a bienestar social. En el caso de las VIII, IX y X regiones, esta conlleva además para los mapuche mayores posibilidades de incidir en las dinámicas políticas que tienen lugar al interior de nuestro territorio. En este sentido, la propuesta de elegir por votación directa a los miembros del Consejo Regional (CORE) apunta en una correcta dirección si la idea es descentralizar un poder político hoy radicado de manera casi exclusiva en Santiago. Pese a ello, se trata de una medida insuficiente, pues queda pendiente el desafío de otorgar mayores atribuciones a dichos consejeros y avanzar hacia la elección popular del Intendente o Ejecutivo regional. Queda por verificar aún si las fuerzas políticas presentes en el Parlamento aprobarán efectivamente dicha propuesta gubernamental y el mecanismo electoral que se emplearía para tal caso. En este punto no debemos ser ilusos. Es casi un dato de la causa que desde las principales coaliciones políticas se buscarán los acomodos electorales que garanticen a sus colectividades conseguir los mejores réditos partidistas, ahora a nivel regional, provincial y comunal. Por ello el programa de Wallmapuwen, por citar una organización que ha debatido sobre la materia, establece que “sólo un sistema electoral basado sobre una circunscripción regional única y bajo una fórmula distributiva”, podría garantizar en tal escenario de reformas aquella proporcionalidad y transparencia que la ciudadanía espera. Absolutamente nefasto sería encontrarnos a nivel regional con un mecanismo eleccionario de consejeros que asegure nuevamente una ventaja ilegítima a los dos grandes bloques políticos que -por más de 17 años- se han beneficiado del binominalismo a nivel parlamentario y presidencial. No podemos permitir que algo cambie para que todo siga tal cual, práctica recurrente en los gobiernos de la Concertación. Se vuelve entonces imperioso no sólo fiscalizar esta amenaza en cada etapa del proceso legislativo que se inicia, sino también denunciar -de ser el caso- cualquier “maquillaje” a dicha iniciativa de descentralización como una maniobra tendiente a consagrar mecanismos de exclusión en la participación política local. El binominal a la palestra Existe relativo consenso en la necesidad de modificar el sistema electoral. Las razones son muchas, pero tal vez una de las principales sea que la conducción legítima del estado requiere de la presencia en el Parlamento de todas las fuerzas políticas existentes, en un marco de democracia y equilibrio determinado sólo por la voluntad popular. Si bien el sistema binominal no es intrínsicamente antidemocrático, en el caso chileno es ilegítimo en su origen. Nadie fue consultado por él, nadie votó por que fuera EL sistema electoral que normase las relaciones políticas al interior del Estado. Por el contrario, fue diseñado e impuesto a espaldas de la ciudadanía, con el objetivo de beneficiar a un sector político determinado y en un marco de represión política brutal, como lo fue la dictadura de Pinochet.La derogación del sistema electoral binominal -o su puesta a prueba en un plebiscito- constituye un paso necesario para avanzar en la normalización de la vida política en Chile. El programa político de Wallmapuwen así lo establece, enmarcando dicha demanda en una estrategia más amplia de alianzas con todas aquellas fuerzas y sectores excluidos que aspiran acceder al poder político, no solo para administrar lo ya existente, sino que para refundar las bases del estado y avanzar hacia un nuevo tipo de convivencia social. En esta perspectiva es que se plantea desde el movimiento mapuche establecer una nueva relación política entre nuestro pueblo y el estado, nueva relación sustentada en un marco institucional que garantice el democrático derecho de nuestro pueblo a decidir libremente su futuro y disponer de sus recursos. No se puede restringir la discusión sobre estas importantes propuestas de reformas gubernamentales a simple aritmética electoral. Urge situar este debate –al menos a nivel mapuche- en aspectos de fondo, relacionados con el tipo de relación que debiera establecer la ciudadanía de nuestro pueblo con el estado, hasta el día de hoy carente de participación efectiva. Urge relacionar estas iniciativas de ley con nuestro objetivo de hacer de Chile un estado plurinacional y multicultural, quizás el principal desafío pendiente de cara al Bicentenario. Sólo un marco institucional de tales características garantizará a nuestro pueblo el avanzar en su proyecto histórico, que no es otro que construir un País Mapuche más libre y democrático para todos sus hijos e hijas / Azkintuwe
* Miembro de la Dirección Política de Wallmapuwen, partido mapuche en formación.
www.azkintuwe.org
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El email actual de Kalbun Comunicaciones es kalbun1@hotmail.com
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