Marilyn Yañez
Había pequeñas esperanzas de que la polémica Ley de Pesca o “Ley Longueira” (llamada así por el gran respaldo que el proyecto ha tenido por el Ministro de Economía Pablo Longueira), que beneficia a la gran industria pesquera en desmedro de los pescadores artesanales chilenos no se aprobará, pero una vez más los reclamos y manifestaciones del pueblo no fueron escuchados y la ley fue aprobada ayer en la Cámara de Diputados.
Los pescadores artesanales de Chile han realizado una serie de protestas a lo largo del país (Valparaíso, Chiloé, Constitución, Aysén, etc), haciendo marchas, huelgas de hambre, irrumpiendo el Congreso, llamando a la prensa e incluso cortando caminos para que el proyecto no se aprobará. Las movilizaciones no han cesado, pero ya no hay mucho que hacer: la nueva ley de pesca entrará en vigencia el 1 de enero del 2013. La ley mantiene los límites máximos de captura y las licitaciones seguirán privilegiando a siete poderosas familias líderes en la pesca industrial chilena. Además, es sumamente permisiva con los buques de factoría chinos, rusos, japoneses, entre otros, que practican la pesca de arrastre, que ha reducido gran parte de los recursos, mermando las cuotas de pesca de los pescadores artesanales. “Lo único que el ministro busca es entregar la propiedad de 7 familias de este país el patrimonio pesquero para siempre. Se ha hablado de 10 , 15 o 20 años, pero eso es falso. Los permisos o las licencias clase A para la industria son eternas, son heredables y trasferibles”. Sentencio molesto, Cosme Caracciolo, vocero de los pescadores artesanales dela V Región de Valparaíso. Chile es el séptimo productor mundial de pescado, la gran industria de arrastre se queda con el 92% de este recurso, el 7% restante se lo reparten los más de 60 mil pescadores artesanales, que abastasen al 95% de los chilenos. O sea, la crisis económica y de recursos marinos del gremio de pescadores artesanales, será también una crisis alimentaria marina que afectará a todo el país.
Fuente El Ciudadano
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